Uno de los mayores aportes que realizó el Maestro Alirio Díaz y que hace eco en las culturas del mundo, fue el Concurso Internacional de Guitarra Alirio Díaz. Se realizaba desde el año 1975 en la Universidad Central de Venezuela en Caracas, pero en el año 2000 lo trasladaron a la ciudad de Carora “para que su gente pudiese disfrutar de los mejores guitarristas del mundo”, compartió Haydeé Álvarez, vicepresidente del concurso.

El concurso se compone de tres pruebas eliminatorias con repertorios exigidos por el jurado, integrado cada año por grandes músicos nacionales e internacionales de la guitarra clásica; clases magistrales dedicadas a los participantes, conciertos a los asistentes y un recorrido por La Candelaria.

Fecha: del 1 al 3 de julio de 1977

Jurado: Arturo González, María Luisa Anido, Antonio Lauro, Flaminia de Sola e Isao Takahashi.

Primer premio: Eduardo Castañera (Argentina) y Enrique A. Núñez (Argentina)

Segundo premio: Martín Myslevecek (Checoslovaquia) y Osama Yamaguchi (Japón)

Tercer premio: Rubén Riera (Venezuela)

Fecha: del 7 al 13 de noviembre de 1983

Jurado: José Tomás, Loe Broawer, Michelle Pittaluga, Leopoldo Igarza, Antonio Lauro, Rómulo Lazarde y José Vicente Torres.

Primer premio: José Fernández Bardesio (Uruguay)

Segundo premio: Eduardo Isaác (Argentina)

Tercer premio: Stephen Robinson (USA)

Fecha: del 1 al 8 de agosto de 1994

Jurado: Gentil Montaña, Jukka Savijoki, Rubén Riera y Luis Zea.

Primer premio: Romilio Orellana

Segundo premio: Wladimir Carrasco (Chile)

Tercer premio: Ileana Matos (Cuba)

Fecha: del 25 de noviembre al 3 de diciembre de 2000

Jurado: Alirio Díaz, Carlos Bonell, Richard Stover, Meter Piiffgen y Luis Ochoa.

Primer premio: desierto

Segundo premio: desierto

Tercer premio: Eugenio González Prado (Chile)

Fecha: del 24 al 31 de octubre

Jurado: Berta Rojas, Javier García Moreno, Carlos Molina, Juarez Moreira, Rubén Riera, Darío González y Senio Díaz.

Primer premio: Riccardo Calogiuri (Italia) y Daniel Olmos (México)

Segundo premio: desierto

Tercer premio: José Luis Lara (Venezuela)

Fecha: del 21 al 28 de noviembre de 2015

Jurado: Aleh Ferreira, Edgard Montrezol, Senio Diaz, Lorenzo Camejo, Darío Ganzález y Marina Parilli

Primer premio: desierto

Segundo premio: Nicolas Guillen Acevedo Salinas (Chile)

Tercer premio: Alvaro Tejerina (Argentina) y Daniel Petrocelli (Venezuela)

En el año 1999 Alirio Díaz regresó a Carora para quedarse y envejecer en la tierra que lo vio crecer. Compró una hermosa casa ubicada en la Calle Ramón Pompilio Oropeza y la convirtió también en un espacio para compartir su historia. La llamó: Fundación Alirio Díaz.

La casa museo se pierde entre la misma sencillez de las otras. La fachada es de color beige y rosa vieja; tiene tres ventanas enormes de madera protegidas por unos finos tubos de hierro del mismo color. Para llegar a la plazoleta que está en el centro, característica típica de las casas coloniales, debes pasar por un angosto pasillo con piso de piedra.

El ambiente te cautiva: el canto de los pájaros y la tranquilidad del viento. En el fondo se escucha una pieza interpretada por el Maestro que sale de una de las habitaciones; y al final, su casa: cálida y humilde, aún conserva toda la mueblería, cuadros y recuerdos como él los dejó antes de partir a Roma.

Su habitación es amplia, todavía reposan en la mesa fotos, cartas y unos sobres con su letra. Al fondo, hay un estante de vidrio, allí guardaba parte de sus preciadas colecciones como nidos de pájaros, piedras y cerámicas antiguas. Hay dos camas que siguen tendidas: “Casi nunca las utilizaba, él prefería dormir en la hamaca”, dijo su sobrina Haydeé Álvarez Díaz mientras señalaba el chinchorro tricolor: amarillo, azul y rojo. Imagino que dormía sintiéndose abrazado por su tierra.

Mientras recorres las habitaciones puedes ver cada uno de sus reconocimientos: Doctor Honoris Causa de la Universidad de Carabobo, Universidad de Los Andes,  Universidad Lisandro Alvarado, IUTEMBI, Universidad del Zulia, Universidad Nacional Abierta y de la Universidad Central de Venezuela. Entre sus más preciados premios están: Premio Nacional de Música; Premio Gabriela Mistral, de la Organización de los Estados Americanos y Ciudadano Honorario de Alessandria. Pero los premios y los honores que más tocaban su corazón eran los de su pueblo. “Cuando los habitantes de La Candelaria decían: hagamos un homenaje a Yiyo, él era feliz”, compartió su sobrino.

 La Fundación Alirio Díaz está abierta para todo el pueblo, para toda persona que desea aprender el verdadero arte, ese que se regala a los otros sin esperar nada, solo el abrazo de quienes siempre estarán para escuchar las melodías, para amar.